Ha llegado el nuevo Windows 10 y son muchos os usuarios que se han atrevido a actualizar a esta nueva versión del popular y conocido Sistema Operativo. El gran problema es que, como suele ocurrir en muchas actualizaciones de software que se estrenan en estos días, todavía no está perfectamente hilado y provoca no pocos problemas. También es verdad que para muchos usuarios no ha supuesto ningún problema y todo le funciona muy bien.
En cuanto a los usuarios perjudicados, ocurre que hay varios problemas que no han sido corregidos todavía y que puede llevar a cualquiera que trabaja con el ordenador a la desesperación más absoluta. Uno de los principales problemas a los que se enfrentaron los usuarios del nuevo Windows 10 son las actualizaciones. La segunda de las actualizaciones mantuvo muchos ordenadores inhabilitados durante horas, con el correspondiente nerviosismo.
Se pudo arreglar, pero el susto no lo quitó nadie. Las actualizaciones se seguirán sucediendo durante los próximos meses, por lo que algunos de los archivos y procesos pueden verse afectados por el cambio de sistema operativo. Por ese motivo, quizá sea conveniente mantener la actual versión de Windows hasta que el Windows 10 esté más pulido y no cause tantos problemas.
Obviamente, esto no ha ocurrido en todos los casos y hay quien está muy contento con la actualización. De todas maneras, es importante saber cómo hay que prepara el ordenador para que no se produzcan estos problemas. El Windows 10 estará disponible de forma gratuita durante un año, por lo que se podrá actualizar en cualquier momento durante este espacio de tiempo.
Las actualizaciones ya se habrán mejorado dentro de unos meses y el paso será más sencillo. Poco a poco, los desarrolladores de Microsoft tendrán listos todos los parches y arreglos necesarios para que las novedades funcionen bien y sin obstáculos que entorpezcan el trabajo del ordenador.