Durante los últimos días hemos estado hablando de Facebook, una de las redes sociales más populares y utilizadas de cuantas hay en estos momentos, si no la más popular. Pero no es el único lugar donde se puede publicar una serie de artículos o posts que se pueden utilizar para atraer la atención de los usuarios y posibles clientes sobre los productos o servicios que se ofrecen.
Otro de los lugares en la red donde se pueden publicar posts relacionados con la empresa y los productos que se ofrecen desde ella es Twitter. La red de microblogging es algo diferente a Facebook, ya que no se trata de una red de «amigos», sino que está compuesta por seguidores de los mensajes que publicamos, o ‘tuits’.
Las limitaciones de Twitter no permiten que las publicaciones puedan ser muy extensas, ya que solo permite 140 caracteres, incluyendo las direcciones de enlace y las etiquetas que permiten organizar los mensajes. Por eso, la concisión de los mensajes ha de ser fundamental y permitir ofrecer la información que se quiere dar, pero sin extenderse demasiado.
También hay que tener en cuenta que el ‘timeline‘ de los seguidores puede estar repleto de mensajes y es complicado seguirlos todos. Hay que publicar algo más que en Facebook para que los mensajes no se pierdan entre la marea de tuits del resto de usuarios. Pero, como siempre, hay que hacerlo con mesura y sabiendo en qué horas es más conveniente publicar los mensajes.
Es complicado dedicarle todo el tiempo necesario para que funcione correctamente y lleguen hasta los clientes potenciales a los que se quiere llegar. Hacerlo de manera particular puede resultar difícil, así que es una de esas actividades en las que es mejor contar con un equipo que se dedique de manera exclusiva a ello, coordinando estas acciones en Twitter con el resto de redes sociales y las acciones que se realizan off line.