Las Redes Sociales están pensadas para leer contenido creado por otros usuarios, recomendarlo a otros usuarios o incluso compartirlo con los propios contactos. Es una gran herramienta para la promoción de una marca, una empresa o una página web. Teniendo en cuenta esta función, sabemos que es importante que los post que se publiquen tengan la suficiente repercusión para que los demás usuarios se animen a compartirlo.
Una de las muchas maneras que hay para generar interés por un artículo publicado en estas redes sociales es crear una imagen que atraiga la mirada por lo publicado. Es una herramienta muy potente para captar esta atención que se está buscando y hay que saber cómo hacerlo bien para que cause el efecto exacto que se está buscando.
Las imágenes que mejor funcionan son las que crean un efecto emocional en los lectores. Es decir, que apelen al espectro de los sentimientos y emociones. Puede ser una imagen de época de un determinado lugar, o unas personas conocidas que se muestren de manera simpática o agradable. También se puede jugar con una imagen con un texto añadido, bien referente a la propia empresa o marca, bien a cualquier otra cosa que pueda resultar agradable.
Una de las premisas es que todas las imágenes deben de estar acompañadas por un texto introductorio, algo que refuerce el mensaje que se pretende dar con la foto. Pero cuidado, no hay que abusar de una misma imagen en todas las redes sociales. Cada una de ellas funciona de una manera y no debe usarse la misma en todas, sino buscar una que se ajuste al objetivo concreto de las distintas plataformas sociales.
Los tamaños han de ser adecuados al formato utilizado en cada diseño y el texto ha de estar también adaptado a cada red. No es lo mismo publicar una imagen en Facebook que en Twitter, por ejemplo, así que se ha de conocer bien el funcionamiento de las redes sociales para hacer una publicación que cumpla con el objetivo que se persigue.