Hasta hace muy poco tiempo, el acceder a internet era algo más o menos engorroso. Hacía falta un módem, que se conectaba con el ordenador de sobremesa o el portátil a través de un engorroso cable y no era todo lo sencillo, rápido y efectivo que se necesitaba. Por suerte, todo esto ha pasado a la historia y hoy es muy fácil conectarse a internet y casi instantáneo, sin necesidad de ordenadores ni programas complejos.
De hecho, no hace mucho se habló de que la web estaba condenada a desaparecer. Las páginas web, tal y como las conocemos hasta ahora, están desapareciendo. Lo que les está sustituyendo a un ritmo que nadie se imaginaba, son las aplicaciones de los dispositivos móviles, los smartphones y las tablets.
Por eso, cada vez es más normal que las páginas web estén complementadas por una aplicación para estos dispositivos. Se trata de aplicaciones que reúnen lo indispensable de la página web, condensado en un espacio mínimo, evitando la información superflua e innecesaria. Se maneja de manera muy práctica e intuitiva desde el móvil o la tableta y se extrae la máxima experiencia de su uso.
Los dos sistemas operativos más comunes son Android y IOS, desarrollados por Google y Apple. El primero está instalado en muchos móviles de diferentes marcas, mientras que el segundo está instalado en los populares iPhone.
Raro es encontrar a alguien que no tenga uno de estos dispositivos en el bolsillo y que no lo utilice para navegar por internet. La presencia en las diferentes plataformas puede hacer que la efectividad del servicio web de la empresa sea todavía más alta. Una solución muy práctica para estar presentes y en el mercado de manera activa.